30 de octubre de 2011

Niños Adoptados por la Madre Naturaleza Part. 1



Se han preguntado que si nosotros como raza humana pudiéramos vivir en el habitad y forma de un animal salvaje como si fuéramos ellos?, estos son algunos casos que han pasado y registrado en la historia, niños que fueron de algún modo sobrevivido como animales salvajes; estos son Los Niños Salvajes. 

LA NIÑA ESQUIMAL DE LA CAMPIÑA DE SOGNY 

En septiembre de 1731, una niña de entre 8 y 10 años de edad, llegó al poblado de Sogny, cerca de Chalons-sur-Mame, en plena Campaña francesa. Estaba descalza, vestida con trapos y pieles de animales y con una calabaza a modo de sombrero. En una bolsa llevaba un palo y un cuchillo inscritos con caracteres indescifrables. Chillaba y chirriaba, estaba tan sucia (o posiblemente pintada) que la confundieron con un niño negro. Sacó el garrote y el cuchillo de su bolsa y con ellos logró matar al perro que un campesino lanzó contra ella luego de encaramarse en un árbol. Hubo que tentarla con un pescado crudo para hacer que bajara.



Tras su captura la llamaron “la niña esquimal” por sus rasgos peculiares (tenía ojos orientales y la piel cobriza), y porque al aprender a hablar contó que la habían traído a la Campaña, en compañía de una niña “de piel negra”, desde un lugar en donde había unos grandes animales marinos que comían peces. Recordó haber cruzado el mar en dos ocasiones. La niña esquimal había matado a la niña de piel negra durante una pelea: le rompió el cráneo con su garrote. Dijo que siempre iban desnudas hasta que una mujer desconocida las recogió y les dio ropa. Pero tras la muerte de su compañera, la muchacha decidió huir. Todo ese proceso había durado unos dos años.

La niña se alimentaba de los animales que podía atrapar (pájaros, ranas y pescados). Los comía crudos. También engullía las raíces y algunas ramas y hojas de los árboles. Cuando le dieron un conejo, ella lo peló y devoró inmediatamente. El cambio en los hábitos alimenticios hizo que perdiera todos sus dientes y que se enfermara con frecuencia.

Cuando la reina de Polonia, la madre de la reina de Francia, pasó por Champagne en 1737 para tomar posesión del ducado de Lorena, oyó hablar de la muchacha y la llevó de cacería, donde ella atrapó y mató conejos.





El famoso científico Charles Marie de la Condamine, describió sus manos: “Sus dedos y particularmente sus pulgares, eran extraordinariamente grandes…”. Ella decía que había utilizado sus pulgares para extraer raíces y para mecerse de árbol en árbol como un mono. Ella era una corredora muy rápida y tenía una fenomenal vista aguda.

Cuando pasó el interés por la niña fue ingresada en un convento parisino, en donde terminó el resto de sus días. Trabajaba haciendo flores artificiales y obtuvo algo de dinero contando sus memorias (escritas por Madame Hecquet). A su muerte fue enterrada bajo el nombre de Marie-Angelique Memmie LeBlanc.


VICTOR DE FRANCIA (EL NIÑO SALVAJE DE L´ AVEYRON) 


El 18 de Enero de 1800, un niño desnudo, con la cara y las manos llenas de cicatrices, apareció en las afueras de Saint-Sernin en la escasamente poblada provincia de Aveyron en la parte sur central de Francia. El chico, que sólo medía 4 pies y medio de estatura (1.35 mts. aprox.) pero aparentaba tener 12 años, había sido visto varias veces durante los dos años y medio anteriores, trepando los árboles, corriendo en cuatro pies, bebiendo en los arroyos y buscando afanosamente bellotas y raíces. Había sido capturado dos veces, pero había escapado. Entonces, en el frío invierno de 1799-1800, comenzó a aparecer en las granjas en busca de alimento.
Cuando el muchacho de ojos oscuros llegó a Saint-Sernin, no habló ni respondió para hacerse entender, pero reaccionaba de inmediato ante el sonido de las ramas al quebrarse o ante el ladrido de los perros. Rechazaba los alimentos cocidos, prefería las patatas crudas que lanzaba al fuego y recuperaba rápidamente con sus manos desnudas, devorándolas cuando todavía quemaban. Como un animal acostumbrado a vivir en la selva, el chico parecía insensible al frío y al calor extremos, y rasgaba la ropa que la gente trataba de ponerle. Parecía evidente que había perdido a sus padres desde muy pequeño o lo habían abandonado, pero de esto hacía tanto tiempo que era imposible saberlo. Durante un tiempo, el muchacho apareció como un fenómeno intelectual y social, cuando una nueva perspectiva científica estaba comenzando a remplazar la especulación mística.

Después de la observación inicial, el muchacho, a quien se le llamo Víctor, fue enviado a una escuela para niños sordomudos en París. Allí, quedó a cargo de Jean-Marc-Gaspard Itard, un médico de 26 años, interesado en la naciente ciencia de la «medicina mental» o psiquiatría. El muchacho era, escribió Itard, «un niño desagradablemente sucio... que mordía y rasguñaba a quienes se le acercaban, que no demostraba ningún afecto por quienes lo cuidaban, y quien era, en síntesis, indiferente a todo lo atento a nada» 
Algunos observadores concluyeron que era un «idiota», incapaz de aprender. Empero, Itard creyó que el desarrollo de Víctor se había limitado por el aislamiento y que tan sólo necesitaba que se le enseñaran las destrezas que los niños en la sociedad civilizada normalmente adquirían a través de la vida diaria. Itard llevó a Víctor a su casa y durante los siguientes cinco años, gradualmente lo «domesticó». Itard despertó primero la habilidad de su propio pupilo para discriminar la experiencia a través de un entrenamiento esmerado y paulatino a las respuestas emocionales así como a la instrucción en moral, comportamiento social, lenguaje y pensamiento.

Los métodos que Itard utilizó, con base a los principios de imitación, condicionamiento y modificación del comportamiento, los cuales lo posicionaron a la vanguardia de su época y lo llevaron a inventar muchos mecanismos de enseñanza que aún se utilizan. De hecho, Itard depuró las técnicas que había usado con Víctor, convirtiéndose en un pionero de la educación especial. El chico logró un progreso notorio: aprendió los nombres de muchos objetos y pudo leer y escribir frases simples, expresar deseos, seguir órdenes e intercambiar ideas. Demostró afecto, especialmente hacia el ama de casa de Itard, la señora Guérin, al igual que emociones de orgullo, vergüenza, remordimiento y deseo de complacer
Sin embargo, aparte de algunos sonidos vocálicos y consonánticos, nunca aprendió a hablar, Además, se mantenía totalmente centrado en sus necesidades y deseos y, como lo admitió Itard en su informe final, nunca pareció perder su vivo anhelo “por la libertad del campo abierto y su indiferencia a la mayoría de los placeres de la vida social
Cuando el estudio concluyó, Víctor  - que ya no fue capaz de valerse por sí mismo, como lo había hecho en la selva – se fue a vivir con la señora Guérin que, además de otros profesores asignados para continuar su educación,  recibía una remuneración del Ministerio del Interior por cuidarlo, cerca de veinte años más, hasta su muerte en 1828 cuando tenía alrededor de 40 años. Un informe elaborado por alguien que vio a Víctor hacia 1815 no reseñaba ninguna mejora de su situación


NIÑO LOBO DE HESSE 

Uno de los “niños salvajes” más grandes fue Jean de Liege, encontrado en una fecha no determinada del siglo XVII, en la ciudad de Lieja, a la edad de 21 años. Es el último espécimen mencionado por Linneo. Sir Kenelm Digby, uno de los fundadores de la Royal Society, contó su historia en 1644. Digby entrevistó a quienes lo llegaron a conocer.
Durante las guerras religiosas La familia de Jean huyó al bosque cuando su aldea fue atacada. El niño tenía unos cinco años. Cuando los atacantes se retiraron y los aldeanos pudieron regresar se dieron cuenta que habían olvidado a Jean. El niño permaneció en el bosque casi 16 años.
Digby dice que Jean tenía los sentidos muy agudizados. Podía oler “frutas o raíces sanas” a gran distancia. Cuando finalmente lo capturaron a la edad de unos 21 años, estaba desnudo,“todo cubierto de pelo”, e incapaz de hablar. En la sociedad humana, aprendió hablar, sin perder su agudo sentido del olfato.

NIÑO OSO DE LITUANIA 

Entre 1661 y 1694 aparecieron en Lituania tres niños- oso. El primero, citado por Linneo, rehusaba vestir ropas. Fue encontrado por cazadores viviendo entre un grupo de osos. Los cazadores lo atraparon a pesar de su resistencia: los mordió y araño. Fue llevado a Varsovia, Polonia en donde se le bautizo con el nombre de Joseph. Ahí se le presento al rey de Polonia quien lo dejo a cargo del vice chambelán de Posnan, con quien pudo adquirir un vocabulario limitado.