La quiromancia es la adivinación a través de la lectura de las líneas de la mano. El término deriva del griego χείρ (khéir, "mano") y μαντεία (manteía, "adivinación"). Es una rama de la quirologia y se centra en el estudio de las líneas y montes que se hallan en las palmas de las manos que, por medio de la observación, revelan supuestamente el perfil psicológico y fisiológico de una persona.
Comúnmente, la práctica de la quiromancia se debe al origen incierto, por un lado se cree que este arte adivinatorio nació en determinados pueblos nomadas de los Balcanes, pero por otro lado, su origen esta en la India de hace mas de 3000 años. A partir de entonces, su estudio se fue expandiendo y ampliando por todo el mundo: China, Caldea, Persia, Egipto. “Scienza della mano o sia chiromanzia”, es uno de los tratados sobre quiromancia mas antiguos y detallados, y pertenece a Serafin Spoccani (1711).
Esta practica siguio desarrollandose y tuvo un gran auge entre los siglos XVIII y XIX, ejerciendose fundamentalmente en Europa y haciendo que a partir de entonces la ciencia estuviera interesada en adentrarse en el tema mediante una serie de investigaciones sobre la anatomía y la morfologia de las manos.
Una de estas conclusiones es que nuestras lineas de la mano no estan ahi por capricho, pues se piensa que tiene mucho que ver con las lineas de nuestros parientes mas directos, como padres, abuelos y bisabuelos. Ya desde el vientre materno, alredor del sexto mes, el feto presenta completas las lineas de la palma, que empezaron a formarse unos dos o tres meses antes.
En la Edad Media se creía que las líneas de la palma de la mano revelaban la suerte de una persona. La forma de descifrarlas se ha transmitido desde épocas antiguas. La quiromancia, el arte de leer las marcas y la forma de la mano, prosiguió en secreto después de ser prohibida por la iglesia en el siglo XV.
La tradición de la quiromancia quizá llegó a Europa desde Oriente, a través del comercio y los contactos culturales. En la antigua Grecia, Hipócrates (hacia 460-370 a.C.) dejó algunas notas acerca de la importancia de la mano para conocer la salud y el temperamento humanos, y se supone que Aristóteles (384-322 a.C.) halló información sobre la lectura de la mano en algunos textos egipcios. En la Antigua Roma Plinio el Viejo (23-79 d.C.) menciona brevemente la quiromancia y Juvenal, autor teatral, (60-130 d.C.) se burló de ella con sarcasmo.
Aunque los primeros cristianos rechazaban la quiromancia, la tradición oral y las gitanas vagabundas la mantuvieran viva hasta que los libros se volvieron asequibles. Durante el siglo XIII aparecieron los primeros manuscritos europeos que contenían descripciones minuciosas de la mano.
Nuevos manuscritos de los siglos XIV y XV intentaron hacer una interpretación detallada de las líneas. Durante el Renacimiento proliferaron textos en latín, griego, sánscrito, hebreo, alemán, y más tarde en Ingles. Entre 1650 y 1780 se enseño quiromancia como tema humanístico en las universidades alemanas.
La doctora Charlotte Wolff afirmó en The Human Hand, publicado en 1942, que algunos de los aspectos fisiológicos de la quiromancia eran validos, pero que dar un valor psicológico o misterioso a cada centímetro de la palma y a cada arruga microscópica era absurdo. Sus investigaciones, junto con otras realizadas por otros investigadores modernos, como el inglés L.S Penrose y Harold Cummins, de Estados Unidos para estudiar la dermatoglifica (surcos de la piel), suponen una contribución importante al estudio de la criminología, la patología, la psicología, la genética y la medicina clínica.
Actualmente, los analistas serios de la mano no pretenden predecir acontecimientos específicos de la vida de una persona; su objetivo es examinar los rasgos psíquicos y fisiológicos, y dar un consejo si hay tendencias patológicas o psicológicas difíciles. No ofrecen interpretaciones absolutas de rasgos de la mano particulares, como lo hacían los quirománticos en la época medieval, pero toman en consideración el efecto calificativo de la mano como un todo.
La quiromancia, como predicción de la suerte, sigue siendo fascinante. La gente aun desea amor, hijos y felicidad, y teme a los enemigos, las pérdidas materiales, los accidentes, la enfermedad y la muerte. La necesidad de guía y seguridad ha ayudado a mantener vivo este arte adivinatorio.
Hay poca investigación que acepte la verificación de la precisión de la quiromancia como un sistema de análisis y mucha de ésta ha sido llevada a cabo por los propios quiromantes.
Por otra parte, el mago y escéptico James Randi ofrece un premio de un un millón de dolares a cualquiera que logre demostrar fehacientemente la existencia de un fenómeno o poderes paranormales -incluyendo el tipo de eventos como los que se ocupa la quiromancia- pero el premio está desierto desde que se ofreció.